Todos hemos sido parte de los cambios que ha generado la presencia del virus SARSCOV2. Estos cambios van desde el aspecto emocional y por sobre todo físico en diferentes áreas y órganos de nuestro cuerpo. La piel no se ha quedado atrás. Hay varias manifestaciones asociadas en forma directa a la presencia del virus o secundarias al encierro y aislamiento social.
Enumeramos algunos factores a tomar en cuenta desde el punto de vista dermatológico:
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- Reacciones en la piel que se presentan como parte de la manifestación de infección por SARS COV2.
- Procesos cutáneos posteriores a cursar con esta enfermedad.
- Agravamiento de cuadros cutáneos previos que no se asocian a estar infectado con el virus.
- Susceptibilidad de la piel secundaria a la falta de exposición solar y lo que ello conlleva.
- Reacciones por contacto con sustancias químicas en forma continua.
Todas estas puntualizaciones requieren de una atención por parte del propio paciente y por supuesto del especialista.
Es de nuestro interés ahora enfocarnos en aquellos cuidados que se debe tener en la piel para que las enfermedades comunes previas a la pandemia no se agraven o reactiven, así como, tratar aquellos procesos secundarios a la falta de exposición al medio ambiente debido al encierro crónico y el uso permanente de sustancias químicas.
Dentro de las enfermedades que pueden agravarse se encuentran: acné, dermatitis atópica, dermatitis seborreica, rosácea, dermatitis peribucales, caída del cabello, dermatitis alérgicas o irritativas, la alopecia areata, la psoriasis o el vitíligo, entre las principales.
Se pueden describir varios factores que están ligados a los cambios en el comportamiento de la piel:
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- Alimentarios: horarios de alimentación, exceso en el consumo de carbohidratos, grasas, etc.
- Actividad física: el sedentarismo, la falta de ejercicio, la disminución del ritmo de movilidad por el teletrabajo y la permanencia en un solo lugar por amplios períodos de tiempo.
- Sobrecarga emocional: asociada al encierro, la falta de contacto con la familia, los amigos, compañeros de trabajo o estudio, esto ligado a que muchas personas han sufrido pérdidas familiares, de trabajo, económicas, etc.
El uso permanente o por períodos largos de las mascarillas han incrementado los casos de acné, rosácea, dermatitis periorales o dermatitis alérgicas de contacto, por lo cual se recomienda el cambio constante de mascarillas; las desechables usar en su tiempo de vida útil y las que se fabrican con telas lavables, someterlas a aseo previo a su nuevo uso, es decir, lavarlas cada día. La concentración bacteriana bucal contamina el material y por ende modifica las condiciones de población bacteriana de la piel.
Es importante también, identificar si el contacto del material del tipo de mascarilla que estoy utilizando contribuye a generar reacciones alérgicas en la piel. La solución para ello, obviamente, es modificarla.
Evitar el uso de cremas grasosas en pieles seborreicas evita la tendencia a formar acné.
Ha sido más de un año con un nivel mucho menor de exposición al ambiente, por lo tanto, es recomendable tener exposiciones progresivas en tiempo, es decir, si voy a la playa, o al campo o a una piscina, procurar mantenerse poco tiempo en exposición directa para evitar quemaduras intensas, o agravamiento de manchas de la piel.
Las dermatitis de contacto alérgicas o irritativas en las zonas expuestas al contacto con antisépticos o desinfectantes es muy frecuente. Ciertamente es inevitable, pero hay mecanismos que pueden ayudar a disminuir la reacción como la humectación permanente, el uso de jabones suaves, evitar el contacto prolongado con el agua (baños cortos), usar guantes si es necesario el contacto con químicos y detergentes.
La piel es un órgano tan importante como cualquier otro. Cumple funciones de protección por sobre todo, y es una vía importante de manifestaciones asociadas al estado emocional de cada persona.
Ha sido un período difícil para todos y seguimos en la lucha. El Covid ha cambiado nuestras vidas, pero somos seres capaces de seguir adelante. Pronto los abrazos que abrigan nuestra piel, volverán para quedarse, y seguro los valoraremos más, les brindaremos más.
Dra. Mónica Zambrano
DERMATÓLOGA